Autoinmunidad

Diagnóstico de las vasculitis

La vasculitis, también conocida como angitis o arteritis, se define como una inflamación de los vasos sanguíneos. El término “vasculitis” agrupa numerosas afecciones. Se pueden utilizar diversas pruebas para diagnosticar distintos tipos de vasculitis, y el tratamiento suele constar de dos fases: el control de la inflamación para lograr la remisión y un tratamiento de mantenimiento para prevenir las recidivas. En este artículo veremos en qué consisten las vasculitis, cómo se clasifican y los principales tipos de tratamientos.

Tipos de vasculitis y sus tratamientos

Normalmente, las vasculitis son poco frecuentes. Se caracterizan por la inflamación en varios lugares de los vasos sanguíneos y la muerte de las células de estos. Pueden afectar a uno o a varios órganos. Es importante señalar que las vasculitis pueden ir desde una afectación leve, local y de resolución espontánea hasta enfermedades graves y generalizadas. La vasculitis puede ser aguda (de corta duración) o crónica (de larga duración).

Existen muchos tipos diferentes de vasculitis, y su aparición varía según la edad, el sexo y la ubicación geográfica del paciente¹. Parece que ciertos tipos de vasculitis afectan a determinadas poblaciones. En el norte de Europa, por ejemplo, es más frecuente un tipo llamado granulomatosis con poliangitis (GPA). En cambio, el más habitual en el sur de Europa es un tipo relacionado con el anterior que se denomina poliangitis microscópica (PAM). No está claro el porqué de dichas diferencias. Sin embargo, los factores hereditarios y la presencia de toxinas ambientales podrían explicarlas en parte².

Las vasculitis asociadas a autoanticuerpos frente al citoplasma de los neutrófilos (ANCA) (VAN) constituyen un grupo dispar de enfermedades infrecuentes. Algunas de sus características principales son inflamación y muerte celular en vasos sanguíneos pequeños y medianos, así como la presencia de ANCA. Las tres VAN principales son³ ⁶:

  • Poliangitis microscópica (PAM)
  • Granulomatosis con poliangitis (GPA, o granulomatosis de Wegener)
  • GPA eosinofílica (GPAE, o síndrome de Churg-Strauss)

Epidemiología de la vasculitis

En general, se ha notificado que la incidencia (número de casos nuevos al año) de vasculitis es de alrededor de 20–54 casos por cada millón de habitantes, pero esto varía enormemente³⁻⁴. 
 
Un estudio británico reciente comunicó una incidencia de arteritis temporal de 130–300 por millón entre las personas mayores de 50 años. Se declaró una incidencia de enfermedad de Kawasaki de 55–84 por millón en los niños menores de 5 años⁵.
 
La incidencia anual mundial de VAN se sitúa en valores con un amplio intervalo de aproximadamente 10–33 por millón³. ⁷⁻⁸ Existe una diversidad geográfica considerable en los casos de VAN. Sin embargo, en Asia, la VAN más frecuente parece ser la PAM, en la que los análisis dan positivo para la enzima mieloperoxidasa (MPO). En el norte de Europa y EE. UU., la VAN más frecuente parece ser la GPA, que es positiva para la proteinasa leucocitaria 3 (PR3).9 En la VAN, los ANCA atacan a la MPO y a PR3, unas proteínas del interior de los leucocitos (neutrófilos). Esto forma parte de la alteración que puede producirse en los sistemas autoinmunitarios, como se ha mencionado anteriormente.

Etiología y fisiopatología de la vasculitis

Aún no se conocen por completo las causas exactas de la vasculitis. Sin embargo, algunos tipos de esta enfermedad pueden ser hereditarios. Otros pueden deberse a trastornos autoinmunitarios (es decir, en los cuales el sistema inmunitario ataca por accidente a las células de los vasos sanguíneos). Los desencadenantes probables de dicha alteración del sistema inmunitario son:

  • Efectos secundarios de fármacos
  • Cánceres hematológicos (de la sangre)
  • Ciertas enfermedades autoinmunitarias, como lupus, artritis reumatoide y esclerodermia (contracción y endurecimiento de la piel)
  • Cirugía
  • Luz ultravioleta
  • Infecciones víricas, como hepatitis B o C

Cuando se ven afectados por la vasculitis, los vasos sanguíneos se inflaman y pueden sangrar. La inflamación provoca un engrosamiento de las paredes de los vasos sanguíneos, lo que, a su vez, provoca un bloqueo de los propios vasos sanguíneos. Esto significa que disminuye la cantidad de sangre, oxígeno y nutrientes esenciales que llega a los tejidos y los órganos.

La vasculitis puede afectar a cualquier persona, con independencia de su edad, sexo o raza. Sin embargo, la probabilidad de desarrollar esta enfermedad aumenta en caso de:

  • Tabaquismo
  • Infecciones prolongadas, como hepatitis B o C
  • Afecciones autoinmunitarias, como lupus, artritis reumatoide o esclerodermia

 
Otros problemas surgen de la vasculitis grave o de los efectos secundarios de los fármacos con receta utilizados para tratarla. Algunos de estos problemas pueden ser:

  • Aneurismas (protrusión de las paredes de los vasos sanguíneos) o coágulos sanguíneos, que pueden provocar un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular
  • Ceguera o pérdida de visión, especialmente con un tipo de vasculitis llamado arteritis de células gigantes (temporal), si no se trata
  • Infecciones, como meningitis, neumonía y septicemia (intoxicación en la sangre)
  • Lesiones orgánicas importantes

Clasificación de los tipos de vasculitis

La clasificación de las vasculitis de la Conferencia de Consenso de Chapel Hill (Chapel Hill Consensus Conference, CHCC) se actualizó en 2012. Este sistema de clasificación es principalmente una nomenclatura. No está diseñado para la investigación clínica ni para diagnosticar o servir de orientación en las decisiones de tratamiento⁹⁻¹⁰.

El sistema de la CHCC establece lo siguiente [1], 10]:

Vasculitis de grandes vasos, que afectan a la aorta y a sus ramas principales,
pero también a arterias
de cualquier tamaño:

•  Arteritis (temporal) de células gigantes
•  Arteritis de Takayasu

Vasculitis de los vasos medianos que afecta a las arterias principales
de los órganos y a sus ramas:

•  Enfermedad de Kawasaki
•  Poliarteritis nudosa

Vasculitis de vasos pequeños:

•  Vasculitis asociada a ANCA (VAN):

•  Vasculitis de vasos pequeños por inmunocomplejos, con una acumulación moderada o considerable de
inmunoglobulinas en las paredes de los vasos sanguíneos:

•  Poliangitis microscópica (PAM)
•  Granulomatosis con poliangitis (GPA)
•  Granulomatosis eosinofílica con poliangitis (GPAE)

•  Enfermedad por anticuerpos antimembrana basal glomerular (síndrome de Goodpasture)
•  Vasculitis crioglobulinémica
•  Vasculitis por inmunoglobulina A (púrpura de Schoenlein-Henoch)
•  Vasculitis urticarial con hipocomplementemia

Vasculitis de vasos variables, sin que exista un tamaño principal
establecido para los vasos afectados:

•  Enfermedad de Behçet
•  Síndrome de Cogan

Vasculitis monoorgánicas:

•  Angitis leucocitoclástica cutánea
•  Arteritis cutánea
•  Vasculitis primaria del sistema nervioso central
•  Aortitis aislada
•  Otras

Vasculitis asociadas a enfermedades sistémicas:

•  Vasculitis lúpica
•  Vasculitis reumatoide
•  Vasculitis sarcoidea
•  Otras

Vasculitis asociadas a una etiología probable:

•  Vasculitis crioglobulinémica asociada al virus de la hepatitis C
•  Vasculitis asociada al virus de la hepatitis B
•  Aortitis asociada a sífilis
•  Vasculitis por inmunocomplejos asociada a un fármaco
•  Vasculitis asociada a ANCA relacionados con un fármaco
•  Vasculitis asociada a cáncer
•  Otras

El sistema de la CHCC establece lo siguiente [1], 10]:

Vasculitis de grandes vasos, que afectan a la aorta y a sus ramas principales,
pero también a arterias
de cualquier tamaño:

•  Arteritis (temporal) de células gigantes
•  Arteritis de Takayasu

Vasculitis de los vasos medianos que afecta a las arterias principales
de los órganos y a sus ramas:

•  Enfermedad de Kawasaki
•  Poliarteritis nudosa

Vasculitis de vasos pequeños:

•  Vasculitis asociada a ANCA (VAN):

•  Vasculitis de vasos pequeños por inmunocomplejos, con una acumulación moderada o considerable de
inmunoglobulinas en las paredes de los vasos sanguíneos:

•  Poliangitis microscópica (PAM)
•  Granulomatosis con poliangitis (GPA)
•  Granulomatosis eosinofílica con poliangitis (GPAE)

•  Enfermedad por anticuerpos antimembrana basal glomerular (síndrome de Goodpasture)
•  Vasculitis crioglobulinémica
•  Vasculitis por inmunoglobulina A (púrpura de Schoenlein-Henoch)
•  Vasculitis urticarial con hipocomplementemia

Vasculitis de vasos variables, sin que exista un tamaño principal
establecido para los vasos afectados:

•  Enfermedad de Behçet
•  Síndrome de Cogan

Vasculitis monoorgánicas:

•  Angitis leucocitoclástica cutánea
•  Arteritis cutánea
•  Vasculitis primaria del sistema nervioso central
•  Aortitis aislada
•  Otras

Vasculitis asociadas a enfermedades sistémicas:

•  Vasculitis lúpica
•  Vasculitis reumatoide
•  Vasculitis sarcoidea
•  Otras

Vasculitis asociadas a una etiología probable:

•  Vasculitis crioglobulinémica asociada al virus de la hepatitis C
•  Vasculitis asociada al virus de la hepatitis B
•  Aortitis asociada a sífilis
•  Vasculitis por inmunocomplejos asociada a un fármaco
•  Vasculitis asociada a ANCA relacionados con un fármaco
•  Vasculitis asociada a cáncer
•  Otras

Por qué es importante el diagnóstico de las vasculitis

El diagnóstico de las vasculitis resulta complicado, en parte porque se trata de trastornos muy infrecuentes. Los numerosos signos y síntomas de estas afecciones suelen estar relacionados con una disminución del flujo sanguíneo, y pueden afectar a cualquier órgano. Los signos y los síntomas también pueden confundirse fácilmente con los de otras enfermedades más frecuentes (como gripe, infección de vías respiratorias altas, accidente cerebrovascular y enfermedad inflamatoria intestinal). Por lo tanto, a menudo el diagnóstico de la vasculitis puede experimentar confusiones o retrasos. Con frecuencia se necesitan numerosas pruebas y evaluaciones para poder realizar un diagnóstico definitivo de vasculitis.

Sin embargo, es especialmente importante diagnosticar las vasculitis lo antes posible con el fin de instaurar un tratamiento adecuado. Dicho tratamiento adecuado variará en función de si la vasculitis es la afección principal o es secundaria a infecciones o a otro tratamiento farmacológico. Cualquier retraso en el inicio del tratamiento puede provocar daños permanentes en tejidos o en órganos, y algunos tipos de vasculitis son potencialmente mortales¹¹.

Las pruebas y evaluaciones utilizadas para diagnosticar las vasculitis varían según el tipo específico de vasculitis en cuestión. Sin embargo, inicialmente, el médico efectuará una anamnesis y una exploración física. A continuación, pueden ser necesarias algunas o todas las pruebas y evaluaciones siguientes para confirmar o descartar la presencia de vasculitis:

  • Análisis de sangre: Las concentraciones de proteínas (como la proteína C-reactiva) en sangre pueden indicar inflamación. Un hemograma completo también puede indicar anemia (escasez de glóbulos rojos [eritrocitos]) o proporcionar otra información importante. Por lo general, una velocidad de sedimentación globular (VSG) >100 mm/hora indica vasculitis, infección cardíaca (endocarditis infecciosa) o cáncer.
  • Pruebas inmunológicas: Los ANCA constituyen un indicador especialmente útil para las vasculitis asociadas a ANCA (VAN): PAM, GPA y GPAE. Los anticuerpos ANCA se detectan en el suero de los pacientes mediante un análisis de inmunofluorescencia indirecta. Existen dos tipos principales de ANCA:
  1. Citoplásmicos o c-ANCA, que se unen a la PR3 del interior de los neutrófilos
  2. Perinucleares o p-ANCA, que se unen a la MPO del interior de los neutrófilos

Hasta un 80 % o más de los pacientes con GPA presentarán c-ANCA–PR3. En los pacientes con PAM es más frecuente la presencia de p‑ANCA-MPO6, 11. Las diferencias entre la enfermedad asociada a c-ANCA y la asociada a p-ANCA poseen implicaciones importantes para el tratamiento.

  • Análisis de orina: Pueden indicar si la orina contiene eritrocitos o un exceso de proteínas, lo cual podría ser problemático.
  • Pruebas de diagnóstico por la imagen: Se realizan pruebas desde el exterior del cuerpo, como tomografías axiales computarizadas (TAC), resonancias magnéticas (RM), tomografías por emisión de positrones (TEP), ecografías y radiografías para identificar los vasos sanguíneos y los órganos afectados por la vasculitis. Estas pruebas también ayudan a los médicos a determinar si un paciente ha respondido o no al tratamiento.
  • Evaluaciones angiográficas: Realizan radiografías de los vasos sanguíneos. Se introduce un tubo fino (catéter) flexible en una arteria o vena grande. A continuación, se inyecta un medio de contraste (o tinte) a través del catéter. Se obtienen radiografías que permiten ver la estructura de los vasos sanguíneos.
  • Biopsia: Durante esta intervención quirúrgica se toma una pequeña muestra de tejido de las zonas del organismo afectadas. A continuación, la muestra se analiza al microscopio para detectar cualquier indicio de vasculitis.

Tratamiento de la vasculitis

El tratamiento se basa en numerosos factores, como el tipo específico de vasculitis, los síntomas, la gravedad de la enfermedad, los órganos afectados, la edad, los resultados analíticos, el estado de salud general y otros aspectos. El tratamiento suele constar de dos fases: controlar la inflamación para lograr la remisión y un tratamiento de mantenimiento para prevenir las recidivas.

Algunos de los tratamientos para la vasculitis son los siguientes:

  • Los corticoesteroides suelen ser la primera línea de tratamiento para reducir la inflamación (es decir, prednisona).
  • Para las formas más graves de vasculitis se recetan medicamentos que deprimen el sistema inmunitario (inmunodepresores), como el metotrexato, la azatioprina, la ciclofosfamida y el micofenolato mofetilo.
  • Pueden recetarse fármacos biológicos como rituximab, tocilizumab y mepolizumab para ciertos tipos de vasculitis.

 
En casos muy graves, otros tratamientos pueden ser la plasmaféresis (intercambio plasmático), la gammaglobulina intravenosa o la cirugía para restablecer el flujo sanguíneo.

Materiales científicos

Bibliografía

  1. Watts RA, Lane SE, Scott DG, Koldingsnes W, Nossent H, González-Gay MA, García-Porrúa C, Bentham GA. Epidemiology of vasculitis in Europe. Ann Rheum Dis. 2001; 60:1156–7. Enlace a PUBMED
  2. Lane SE, Scott DG, Heaton A, Watts RA. Primary renal vasculitis in Norfolk--increasing incidence or increasing recognition? Nephrol Dial Transplant. 2000; 15:23–7. Enlace a PUBMED
  3. Reinhold-Keller E, Herlyn K, Wagner-Bastmeyer R, Gross WL. Stable incidence of primary systemic vasculitides over five years: results from the German vasculitis register. Arthritis Rheum. 2005; 53:93–9. Enlace a PUBMED
  4. Scott DG, Watts RA. Systemic vasculitis: epidemiology, classification and environmental factors. Ann Rheum Dis. 2000; 59:161–3. Enlace a PUBMED
  5. Watts RA, Mooney J, Scott DG. The epidemiology of vasculitis in the UK. Rheumatology. 2014; 53: i187. enlace
  6. Cornec D, Cornec-Le Gall E, Fervenza FC, Specks U. ANCA-associated vasculitis - clinical utility of using ANCA specificity to classify patients. Nat Rev Rheumatol. 2016; 12:570–9. Enlace a PUBMED
  7. Berti A, Cornec D, Crowson CS,  Specks, M.D., U y Matteson, M.D., M.P.H., EL. The epidemiology of ANCA associated vasculitis in the U.S.: A 20 year population based study. Arthritis Rheumatol. 2017; 69(12): 2338–2350. Enlace a PUBMED
  8. Pearce FA, Lanyon PC, Grainge MJ, Shaunak R, Mahr A, Hubbard RB, Watts RA. Incidence of ANCA-associated vasculitis in a UK mixed ethnicity population. Rheumatology (Oxford). 2016; 55:1656–53. Enlace a PUBMED
  9. Katsuyama T, Sada KE, Makino H. Current concept and epidemiology of systemic vasculitides. Allergol Int. 2014; 63:505–13. Enlace a PUBMED
  10. Jennette JC, Falk RJ, Bacon PA, Basu N, Cid MC, Ferrario F, Flores-Suárez LF, Gross WL, Guillevin L, Hagen EC, Hoffman GS, Jayne DR, Kallenberg CG, Lamprecht P, Langford CA, Luqmani RA, Mahr AD, Matteson EL, Merkel PA, Ozen S, Pusey CD, Rasmussen N, Rees AJ, Scott DG, Specks U, Stone JH, Takahashi K, Watts RA. 2012 revised International Chapel Hill Consensus Conference Nomenclature of Vasculitides. Arthritis Rheum. 2013; 65:1–11. Enlace a PUBMED
  11. Suresh E. Diagnostic approach to patients with suspected vasculitis. Postgrad Med. 2006; 82:483–8. Enlace a PUBMED

Contenidos web relacionados